Revista Ñ.

18 de septiembre  de 2021. POR MARÍA EUGENIA MAURELLO.

Carolina Antoniadis. En Rapport, su muestra antológica en la Quinta Trabucco de Vicente López, la artista sintetiza más de 30 años de trayectoria.

Atenta a interpelar los límites y a distender los bordes entre la plástica, el diseño y la vestimenta, Carolina Antoniadis construyó su trayectoria de más de treinta años, de la que da cuenta Rapport, la exposición que se puede visitar hasta el 25 de septiembre en la Quinta Trabucco, Vicente López. «Justamente la palabra rapport sintetiza mi trabajo», señala a propósito del vocablo de origen francés elegido.

Es que inicialmente rapport significa «traer de vuelta», y al mismo tiempo refiere a la conexión sicncrónica que se establece en la búsqueda de la empatía, un término frecuente en psicología. Aunque el rapport, además, es una expresión habitaual para el ñenguaje textil que alude a la continuidad y el desplazamiento, por ende, a la repetición y a la expresión. Curada por Constanza Martínez, la muestra reúne una selección de obras desde 1994 hasta la actualidad, con el propósito de recrear el espíritu y la cotidianeidad del taller donde el devenir de la labor de Antoniadis convive con sus tesoros afectivos.

Comprende pinturas de gran formato, fotografías y piezas de porcelana que retoman la leyenda de la flor del ceibo (Ceibosuites) y que están dispuestas en diálogo con: los figurines de moda (de strapless y cintura marcada) en lápiz sobre papel, realizados por su mamá en la década del 40; los bocetos de su propia autoría que dibujó a findes de los 90s para el memorable concurso de diseño organizado por Alpargatas; la inédita instalación «Poder poético», con dos cortinas de corbatas recibidas de parte de un familiar, con estampas sobreimpresas; y el dúo de pinturas de la serie «Ropa interior» – las de las representaciones de las prendas de vestir_ que en su parte interna contienen la vista en espejo del living de una casa, en uno de los casos, y de los órganos del cuerpo humano, en el otro. Piezas que dan cuenta de su intencióm, que más que atender al modo de hacer en el proceso textil, agudiza su mirada en el resultado. Por eso el énfasis está en la silueta y en la imágen de la estampa p de la trama de una tela (como puede ser el aguayo o el jaquard) y no tanto en el modo de realizarla, y -a su vez – enn alcanzar un espiral de significados en el que la vestimenta su vuelve obra.

«Siempre escribí pintando, me interesa la narración indescriptible de la pintura», esa máxima que oficia coo bienvenida a su sitio web, puede ser una síntesis anticipada de su universo creativo, donde propone un relato del que forman parte personajes que extrapola de otros resgistros para traerlos al presente y hacerlos propios. Aquellos que encuentran referencia en las antiguas ediciones heredadas de la revista El Hogar o d ela publicación especializada leica Fotografie. Los mismos que a través del trazo de la artista se transforman en los protagonistas de las historias que cuenta en «El sonido de la intemperie», «Chinoiserie» y «Pattern ornamental», entre otras. «Lo ornamental», entre otras. «Lo ornamental no está completo si no le pongo algo de los personajes, de la narrativa», subraya Antoniadis. «No podría ser una pintora abstracta, sentiría que me faltara algo», agrega. Y reconoce que aunque los rostros y las personas no estén pintadas, está presentes a través de su ausencia, como en la serie de fotos Suites, que también es parte de la exposición.

Además e Rapport, Antoniadis participa de la muestra homenade a piazzolla en el CCK, y próximamente será parte de dos exhibiciones colectivas de Bienalsur, una en el Palacio Ferreyra de Córdoba, y otra en el porteño CC Paco Urondo, donde busca profundizar la conexión entre el arte contemporáneo y las agrupaciones estéticas, políticas y el movilizacionismo, de acuerdo a cortes temporales entre los que se destacan los años 90s, en torno al trabajo del «Grupo de la X», del que la artista formó parte.